Consejos de mantenimiento para el tratamiento de apnea del sueño
Hablemos de los cuidados que necesitan tus equipos para su duración y buen funcionamiento.
Para empezar, es básico y muy importante que recuerdes no utilizar nunca ningún tipo de alcohol o de solución limpiadora con la mascarilla, las almohadillas nasales o los tubos. Podrían resultar dañadas. Utiliza únicamente jabón y agua templada.
Ahora profundicemos en los cuidados a tener:
Limpieza diaria
- Mascarilla: Retira las almohadillas nasales del arnés. Límpialas con jabón suave y agua templada. Enjuágalas y déjalas secar al aire.
- Tubos: Lávalos con jabón y agua templada, enjuágalos y déjalos secar al aire.
- Humidificador: Vacía el humidificador y déjalo secar al aire. Cambia el agua. Utiliza siempre agua destilada en el humidificador para evitar que se formen depósitos de minerales.
Limpieza semanal
- Filtro de Polen: Al momento de limpiarlo, colócalo bocabajo y deja correr agua templada para enjuagar cualquier residuo, agita ligeramente el filtro para eliminar la mayor cantidad de agua posible. Déjalo secar al aire y vuelve a colocarlo.
- Arnés: Limpia el arnés a mano con jabón y agua templada, enjuágalo y déjalo secar.
- CPAP/ BiPAP: Desenchufa el dispositivo y limpia el exterior con un paño ligeramente humedecido con agua y un detergente suave. Deja que el equipo se seque por completo antes de enchufar el cable de alimentación.
- Humidificador: Limpia la cámara del humidificador con vinagre blanco para evitar la formación de moho. Asegúrate de aclararlo muy bien con agua estéril o destilada antes de volver a utilizarlo.
Limpieza mensual
- Filtro Ultrafino: Sustituir si procede. Este filtro se recomienda usarlo únicamente en ambientes con humo.
Por último, te mencionamos las consecuencias que puede tener el no realizar estos cuidados:
Un filtro no lavado, creará un tapón en el equipo, provocando que se forcé, que haya calentamiento y residuos extraños restándole vida útil.
Es importante mencionar que con estas recomendaciones ayudamos a la máxima duración de tu mascarilla sin importar la marca y modelo (hasta un año) después de transcurrir este tiempo, es recomendable cambiarla. Si estos cuidados no se llevan a cabo, su duración se reduce a un máximo de 6 meses.